binaki'song's

lunes, 23 de diciembre de 2013

de días

a veces me siento drogado sin estar drogado, pienso es claro que puede superarse el amor, el amor se reduce a una proyección mental o a una realidad alterada, como el escritor que espera la inspiración con la pluma en mano, cuando es la inspiración la que debe ir en busca de las plumas, plumas que escriben: ni como escucharte ni como voltearte a ver, ni como cansarme de no pretender ser un cadáver frío, ni como ser un demente ni como inhalar, luego ¿como desaparecerte?, ni como renunciar, ni como laborar, ni como morirte si has de revivirte, ni como odiarte si no quiero.

miel

nos hacemos de dolores ajenos para descubrir lo afortunados que somos al tenernos para amarnos, para odiarnos, para destruirnos y luego perdonarnos, por eso siempre callamos ya sea que hablemos horas tras horas siempre callaremos, ya sea que gritemos desprendiéndonos de nosotros mismos, callamos para escuchar un beso, para escuchar tres ojos o gritar por los poros, para lamer entre los dedos la miel irremediable de las pieles amarradas, que no perezcan por los lazos del deseo de no morir por sus excesos por que no me gustan tantas cosas en ti como tus ojos, que causan adicción y roban sueño, que impiden morir en sus destellos, en sus alucinantes manifestaciones de ser lo más bello del amanecer, por eso eres miel

vivian

rezaban todos los domingos... volvían a pensar que vivían así... que actuaban así... pero nada de eso pasaba realmente... jugaban a la guerra... volvían a pensar que vivían así... que eran así... que cagaban así... siempre... siempre... siempre... volvian a morir

ritual de fin de semana

bebes, debes, extrañas alcoholizado, anestesiado en una sala dentro de un estadio de la nueva especie evolucionista retrograda creyendo en eternos retornos de fin de semana... vuelves a beber.

un pacto contra la muerte

despertar junto a la realidad de una mañana en sequía, lo traduzco en despertar con un mono-golpe de mezcal que arda en mi garganta y caiga hasta mi pecho, como los petálos de trescientas rosas morenas disecadas firmando los pactos de la catastrofe de nuestros cuerpos impactados una y otra vez sobre su inagotable desnudez | despertar tendido sobre este viejo piso que es también la pista de baile para ezquizofrenicos, maniacodepresivos y egocentristas | despertar a un lado de tu aroma es caer de nuevo en el sueño y lo traduzco con un mono-golpe en las sonoridades de mi instinto, ardiendo en mi vientre, cayendo hasta mis huevos, como tus tres cabellos olvidados en la punta de mis dedos, eso es firmar un pacto contra la muerte

el malestar de la realización ajena

cuando odies el silencio escucha bien, se trata de tu voz real, no hay que odiar el silencio por que odiarlo es odiar esa voz, es suprimirse, negarse a si mismo, ¿quien quiere negar sus virtudes? solo alguien que se deje apagar por la envidia e incomprensión social está destinado al fracaso

mentira

como los ruidos que no podemos descifrar como la entrada del otoño que derrite el follaje de ese árbol que cada vez observo menos, como mirar una pareja bailando, como la violencia que autodestruye los cuerpos, como inflar la economía vaciando bolsillos vacíos de gente que en el peor de los casos queda vaciada de respuestas y ahora que nos oscurece más temprano sentimos que dormimos menos ¿alguien nos roba las horas y los sueños, las palabras, las letras, las risas, las bromas, la vida? letras, bastantes letras prometieron liberarme. Mentira, acaricie la libertad, rasguñe el manto de un poco libertad.